¿Quién no ha deseado en algún momento perder esos kilos de más? A cualquiera de esos privilegiados que gozan de una esbelta silueta, quizás, también le interese este artículo, en el que se aborda cómo implementar una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable, libre de humos y basado en el deporte.
Se presta especial atención a determinados alimentos que, tradicionalmente, se han asociado con con el aumento de peso sin ninguna razón. La felicidad, sin salud y bienestar, no es felicidad. De ahí la importancia de cuidar la línea, potenciar la vitalidad y encaminar los hábitos a una rutina de ejercicios y alimentos saludables
Mente sana en cuerpo sano
O «mens sana in corpore sano». Esta expresión latina nos acompaña desde la Antigüedad (está datada en el año 356 d. C.) y ha sobrevivido y perdurado con los siglos, a pesar de pertenecer a una lengua ya muerta. ¿Por qué? Perseguir el bienestar corporal y equilibrio entre las tres facetas humanas (cuerpo, mente y alma) ha sido el gran objetivo para llevar una vida plena y saludable. Este objetivo se muestra hoy, más que en ninguna época, ante la proliferación de los gimnasios y, en ocasiones, la fiebre por el culto al cuerpo. Desde luego, un hobby que, bien entendido, reduce los episodios de enfermedades coronarias y cardiovasculares en la gente que se mantiene en forma.
Ojalá bastara con caminar veinte minutos al día (mínimo recomendado por nutricionistas y doctores), correr, nadar o levantar pesas periódicamente. Sin embargo, para mantener el colesterol y los triglicéridos en niveles estables, es necesario complementar el movimiento con una dieta repleta de alimentos saludables e instaurar unos hábitos que generen bienestar. Dieta sana y deporte son los mejores aliados para alcanzar una mente sana, en un cuerpo sano.
Pero ¿qué suele ocurrir ante este gran reto? Algunos estereotipos, alejados del interés real por mejorar la salud de la gente, fomentan la aparición de las denominadas dietas milagro. La llegada del verano o entrar en un traje de noche para un acontecimiento importante desatan con frecuencia un auténtico delirio por perder peso de manera rápida y efectiva. Craso error, teniendo en cuenta que el cuerpo humano, a través de estos métodos equivocados, puede verse sometido a un estrés muy nocivo para la salud (los casos de estreñimiento y dolores de cabeza son los más comunes). Más allá del falso mito que afirma que «para adelgazar, hay que pasar hambre», existen fórmulas de vida saludable que recomiendan, entre otras cosas, comer cinco veces al día para engranar el metabolismo, reducir los azúcares y las harinas refinadas de la dieta y comer verde, mucho verde, así como proteína.
Romper tabúes
Sin ninguna intención de demonizar ningún alimento, hay que decir que ninguna comida o bebida es mala, si se ingiere en su justa medida. No obstante, existen numerosos casos de alimentos extremadamente saludables, que, sin embargo, han cargado con una mala reputación. A continuación, veremos cuáles son y por qué suponen una gran fuente de alimentación, necesaria en todo tipo de dietas.
1. Chufa: conocida mundialmente por ser la base de la horchata (y qué rica está). Este hecho ha provocado que numerosos nutricionistas animen a regular el consumo de esta bebida, debido a los altos niveles de azúcar que se emplean para su elaboración (sobre todo, en las embotelladas). En la Comunidad Valenciana, por ser la cuna de la chufa, así como en otros lugares del mundo, se están desarrollando numerosas innovaciones para hacer de este tubérculo un alimento saludable. Realmente lo es:
– Alto contenido de fibra: más, incluso, que las populares semillas de chía, las ciruelas, el repollo o los salvados de avena. Actualmente, se experimenta para producir harina de chufa a gran escala para su comercialización
– Fuente natural de magnesio: 100 gramos de chufa aportan al cuerpo entre el 13 y el 17 % del magnesio diario que necesita y revitalizan la función normal del organismo.
– Más potasio que el plátano: 25 chufas aportan 139 mg, una cantidad muy similar a la del aguacate y de la patata y que contribuye al buen funcionamiento de las células.
– Rica en proteína no animal: necesarias para el cuerpo y principios básicos en todas las dietas saludables.
Además, a partir de la chufa se puede elaborar una leche muy nutritiva, de origen vegetal y libre de lactosa. Por su composición, los científicos respaldan a este alimento como un aliado extraordinario para combatir enfermedades como la diabetes y controlar la presión arterial.
2. Aguacate: prohibido con frecuencia en las dietas por sus niveles de grasa, esta fruta ha demostrado, con el paso del tiempo, poseer unos nutrientes muy beneficiosos para la salud. Se caracteriza por poseer altos índices de ácido oleico, una sustancia saludable compuesta por ácidos grasos insaturados.
3. Jamón serrano: desaconsejado médicamente a las embarazadas, por riesgo a la toxoplasmosis; y prohibido en las dietas, por su grasa contenida. Lo cierto es que su caso es muy similar al del aguacate y, sin embarazo, con algún kilo de más e ingerido moderadamente, este manjar de carne magra supone un alimento con excelentes valoraciones nutricionales.
4. Vino y cerveza: las borracheras son intoxicaciones etílicas y, a pesar de disfrutar de momentos desinhibidos de euforia, castigar al cuerpo de este modo provoca, en primer lugar, su deshidratación y, con ella, cefaleas, náuseas e, incluso, sentimientos de culpabilidad. La típica resaca. Desde luego, la ingestión desmesurada de alcohol no es nada beneficiosa para la salud física y mental. Sin embargo, pequeñas dosis de alcohol en el vino y la cerveza enriquecen el organismo con lo mejor de la uva y cebada, una fruta y un cereal extraordinariamente sanos. El consumo moderado del vino y de la cerveza produce numerosos beneficios: aliados contra la grasa, combate las bacterias bucales, cuida la próstata y el corazón y reduce los riesgos de padecer cáncer. Numerosos estudios lo avalan.
Comer sano, beber mucha agua (los expertos recomiendan alrededor de dos litros diarios) y practicar algún deporte son las pautas perfectas para alcanzar un estilo de vida saludable.