La chufa es un tubérculo que, como todos los alimentos, para ser comercializado o tratado requiere de un proceso bastante largo que la deje lista para ser puesta de cara al público y próximamente consumida. El ciclo de las chufas pasa por distintas fases, en las cuales es llevada a lavaderos y puestas en procesos de selección para obtener las mejores calidades tan distintivas de la chufa valenciana.
Si quieres saber cómo se procede durante la recolección de la chufa para saber cómo llega hasta tu plato u horchata, a continuación te detallamos el proceso:
Cosecha
Tras haber crecido seis meses desde abril y haberse secado, en octubre o noviembre se puede comenzar a recolectar el tubérculo de la planta. Es muy importante esperar a que las chufas hayan alcanzado su grado de madurez. La recolección ha de llevarse con mucho cuidado y los medios adecuados para tratar de sacarla con la mayor limpieza posible.
El lavado
Justo después de realizar la cosecha se llevan las chufas a la planta de lavado. Es muy importante este proceso, ya que al ser un tubérculo está expuesta a tierra y pequeñas rocas que se pueden filtrar con mucha facilidad. Esta fase es determinante para la calidad final del producto.
Secado
Este proceso se realiza de una forma totalmente natural, durante aproximadamente tres meses, en plantas de secado específicas donde se controlan todas las condiciones de la chufa.
Selección
Y después de todo este ciclo, no todas las chufas llegan a nuestras casas. Solo las chufas con el mínimo requerimiento de calidad son escogidas, dejando atrás todas las que presenten algún defecto o estén dañadas.
Y a partir de aquí ya sí, todas las chufas que han pasado satisfactoriamente por el proceso ya pueden ser vendidas y consumidas con la garantía de obtener en ellas un producto de gran calidad.