Muy apreciadas desde tiempos inmemoriales, las chufas tienen propiedades que las convierten en auténticas joyas. Contienen minerales, proteínas y ácidos grasos esenciales, por lo que son muy recomendables para llevar una vida sana. Y aunque la forma más habitual de consumirlas es como la famosa horchata, puedes tomarlas de otras maneras. Aquí tienes algunas.
Como ingrediente para repostería
La harina de chufa es única. Tiene un delicioso sabor dulce, perfecto para elaborar bizcochos bajos en azúcar. Además de que al no contener gluten, sirve como alternativa para personas celíacas.
Prueba a preparar unos panecillos de leche y chufas y verás cómo te sorprende el resultado. También puedes darle un toque diferente a tus desayunos, mezclando los cereales con un poco de harina. Además de delicioso, tendrás un extra de proteína con el que resistir toda la mañana.
Chufas peladas
Si sigues una dieta o quieres tener una vida saludable, sabes que necesitas renunciar a las golosinas y otros alimentos con exceso de azúcares. Las chufas peladas son una alternativa genial para «matar el gusanillo» y controlar el deseo de comer dulces.
Si no tienes que controlarte, pero quieres disfrutar del delicioso sabor que tiene la chufa, puedes hacerlo también. Se pueden comer solas, en forma de barritas con chocolate o caramelo, en ensaladas para darle un toque muy original o incluso en guisos de carne. Las posibilidades son infinitas, además de que estarás disfrutando de un alimento saludable y nutritivo. De hecho, hay cocineros que están usándolas como si fuesen trufas, rallando un poco encima de sus platos para darles un sorprendente acabado. ¿Por qué no pruebas a hacerlo igual?
Como ves, las chufas no son solo para hacer horchata. Puedes consumirlas de mil maneras, todas ellas deliciosas y con las ventajas de tomar un gran alimento con excelentes propiedades.