LA CHUFA
La chufa, un tubérculo con las propiedades de un fruto seco
La chufa (Cyperus Esculentus) es un tubérculo cultivado históricamente en África del Oeste y en Valencia. Es habitual confundir la chufa, llamada ‘Tiger Nuts’ en inglés (nuez atigrada) con un fruto seco. Porque la chufa es mucho más que un simple tubérculo y ofrece muchas propiedades típicas de los frutos secos, pero sin sus desventajas. Por ese motivo, la chufa se impone poco a poco en la industria alimentaria como un ingrediente de alto rendimiento, una opción vegana libre de alérgenos y rica en nutrientes para los nuevos hábitos de consumo. No solo se trata de un súper alimento con altos niveles de fibra y vitamina E: también es una materia prima cuya flexibilidad de uso la convierte en un súper ingrediente de tendencia.
crudo
ecológico
vegano
sin gluten
prebiótico
paleo
kosher
halal
libre de alérgenos
alto contenido en fibra
alto contenido en Omega 6
fuente de vitamina E
bajo contenido en sal
alto contenido en hierro
alto contenido en potasio
BIO
Un súper ingrediente para la industria alimentaria, entre otras
Propiedades espesantes, gelificantes, aromatizantes… hoy, la chufa, particularmente los derivados desarrollados por Tigernuts, ofrecen muchas posibilidades para el sector de la alimentación.
Para la industria alimentaria, la versatilidad de la chufa es clave en la creación de nuevos productos cada vez más técnicos y saludables a la vez. Esta versatilidad hace que los productos Tigernuts estén utilizándose actualmente en multitud de sectores que van desde la repostería a la nutrición deportiva.
Sin alérgenos, sin gluten, veganos, pero siempre ricos en nutrientes, los derivados de la chufa son una opción de última generación para sustituir a algunos frutos secos, a harinas tradicionales e incluso al azúcar o a ciertas fibras. Las multinacionales líderes del sector ya apuestan por la chufa de Tigernuts como súper ingrediente, después de exhaustivas comparativas con otros alimentos.
Pero eso es solo el principio. El espíritu pionero de Tigernuts y su cultura de I+D no se limitan a la alimentación: investigamos el potencial de la chufa aplicados al sector de la cosmética.
Un súper alimento milenario
Hace miles de años que el consumo de la chufa es reconocido por sus beneficios sobre la salud. El hombre ya comía chufa durante el neolítico, pero fue la civilización egipcia la que introdujo sus propiedades curativas y antioxidantes en una dieta sana y equilibrada. Los nutrientes de la chufa actúan principalmente sobre el aparato digestivo, la función muscular y el sistema cardiovascular.
Como fuente de vitamina E, la chufa puede reducir el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria. La vitamina E limita la producción de radicales libres, principales responsables de la muerte de las células. Combinada con un alto contenido en ácido oleico, puede ayudar a la prevención del cáncer y de las enfermedades cardiovasculares, limitando la producción de colesterol malo LDL.
Los altos contenidos en fibra dietética no soluble de las chufas ayudan a los diabéticos a mantener su nivel de azúcar en sangre.
Distintos estudios demuestran que las chufas tienen un contenido promedio de proteínas del (5%), un nivel similar al de la harina de trigo integral. Las chufas contienen más aminoácidos que los estándares fijados por la Organización Mundial de la Salud sobre la ingesta mínima diaria de proteínas.
Las chufas contienen más fibra que las semillas de Chia, el salvado de avena, el repollo, la zanahoria o la ciruela. La fibra actúa como regulador del apetito: puede ayudar a la perdida y al mantenimiento del peso. Mejora también el transito intestinal y la actividad del aparato digestivo.
Con tan solo 100 gramos de chufas se obtiene entre el 13% y el 17% de la cantidad diaria recomendada de magnesio. Este mineral esencial mantiene activo el reloj interno del cuerpo y participa en más de 300 reacciones bioquímicas del organismo. Además, una ración de aproximadamente 25 chufas aporta 140 miligramos de potasio (más que un plátano), un mineral que facilita la actividad celular, ayuda en el control de la presión arterial y en la función muscular.
El cultivo ecológico de la chufa de Tigernuts
Incrementar la producción de chufas BIO es uno de nuestros principales compromisos. Por un lado, es una respuesta natural a la demanda creciente de los consumidores, expresada a través de nuestros clientes. Por otro lado, la transición hacía un cultivo ecológico está motivada por una ambición: trabajar mejor, proponer un mejor producto, ser una mejor empresa.
Actualmente, nuestra chufa BIO, certificada por Control Union y regularmente controlada, proviene de Níger. Está libre de residuos tóxicos procedentes de pesticidas, herbicidas, insecticidas y fertilizantes sintéticos utilizados en la agricultura convencional. En nuestros campos BIO se aplica la rotación de cultivos para no esquilmar los nutrientes del suelo, mejorar la biodiversidad y mantener los rendimientos de la cosecha.
Actualmente nuestra producción varía entre un 25% y 35% de producto ecológico. Nuestro objetivo es superar el 50% en 2025.