Como parte de su programa Tigernuts for Life y en el marco de su compromiso con la sostenibilidad, Tigernuts ha puesto en marcha nuevas iniciativas en 2021. A principios de año, la empresa realizó una primera plantación de 2.200 árboles que supone el primer paso de un ambicioso proyecto de compensación de huella de carbono. Certificada por la agencia especializada Bosques Sostenibles, y registrada ante el Ministerio de Transición Ecológica, esta actuación permitirá la absorción de cientos de toneladas de CO2 en los próximos años, dirigiendo a la empresa hacia su objetivo de ser neutra en carbono en 2025. El mundo del mañana se está preparando hoy y Tigernuts aspira a formar parte del cambio.
Compensación y reducción de huella de carbono: el doble compromiso de Tigernuts
Aunque la huella de carbono de Tigernuts en 2020 ha disminuido un 20% en comparación con el ejercicio de 2019, la compañía ha apostado por redoblar sus esfuerzos para 2021. Por un lado, Tigernuts sigue limitando las emisiones de CO2 vinculadas a su actividad a través de diversos proyectos como la eficiencia energética de sus estructuras, el uso de combustible ‘verde’ para la importación de parte de su mercancía o el mayor control de las normas de tratamiento de residuos, entre otros aspectos. Por otro, compensará sus emisiones para conseguir el ambicioso objetivo de tener un balance neutro de carbono en 2025. Aunque esta es una prioridad actual para la empresa, sólo es un paso en el camino. La plantación realizada bajo el control de Bosques Sostenibles se inscribe en una visión global: progresar siempre a largo plazo. Una cuestión de valor y responsabilidad.
Una plantación coherente y respetuosa
El lugar elegido para la reforestación se encuentra en el municipio de Dos Aguas, en una zona montañosa cubierta de vegetación mediterránea. Para Tigernuts, empresa originaria y afincada en la Comunidad Valenciana, este proyecto representa una oportunidad sin precedentes de actuar sobre su entorno directo y local. Por lo tanto, las dos hectáreas de terreno necesarias para el proyecto se identificaron teniendo esto en cuenta, así como la importancia de plantar una especie autóctona cuyo crecimiento beneficiará a la flora local en su conjunto. El pino blanco (Pinus Halepensis) respeta las características naturales del biotopo y promete una consecuente absorción de CO2, con un rendimiento anual superior a 350 toneladas de CO2 consumido al final del periodo de permanencia de 40 años. Se han plantado 2200 plantas manualmente y luego se han equipado con tutores y protecciones para garantizar su sano desarrollo. La evolución de la plantación será objeto de controles y evaluaciones precisas por parte de Tigernuts y Bosques Sostenibles que ya estudian la posibilidad de plantaciones similares en el futuro.